Como comprenderás, en los casi tres meses que duran las Jornadas de la Matanza del Virrey Palafox pasan muchas cosas. Durante ese tiempo, miles de personas vienen hasta El Burgo de Osma para disfrutar de unas Jornadas de la Matanza y terminan volviendo a su casa pensando en todo lo que ha pasado durante un fin de semana que no olvidarán.
Por eso, para que te hagas una idea, te contamos unas cuantas cosas que sólo pasan en las Jornadas de la Matanza del Virrey Palafox.
- 1. Le damos vida a un salón centenario.
Literal. Aunque en el Virrey Palafox utilizan este salón para muchos eventos diferentes (como bodas y demás) hay que reconocer que con las Jornadas de la Matanza la vida vuelve por completo a cada uno de sus rincones. Y más ahora con la nueva reforma que lo ha convertido en un lugar, sinceramente, espectacular. Se trata de un sitio con historia, decorado castellanamente y en el que caben cerca de 1.000 personas. Mil personas bailando y comiendo al son de las gaitas. Y eso sí que es vida.
- 2. Vuelves a ponerte un babero.
Probablemente no lo hagas desde pequeño y no terminamos de entender por qué. De acuerdo que un babero parece significar que te vas a tirar la comida por encima pero en nuestras Jornadas más bien tiene un significado festivo: el babero es la forma de decirle al mundo que te preparas para una gran comilona de las buenas. Y, te lo aseguramos, no vienen nada mal. De hecho y por increíble que parezca, luego lo echarás de menos. Incluso lo hemos convertido en uno de los objetos más fotografíados de todas las Jornadas. Palabra de matancero.
- 3. Te sorprendes de los diferentes sabores del cerdo.
Es así: ningún plato es igual anterior, ni tiene el mismo sabor. Te aseguramos que las costillas te volverán loco y que las manitas, que quizá no te hagan tanta gracia, terminarán por maravillarte. Los cocineros de El Virrey Palafox trabajan duro para ofrecer mil y una perspectivas diferentes desde un mismo producto. Y cuarenta años de historia a nuestras espaldas son la prueba de que lo conseguimos. Y lo conseguiremos.
- 4. Descubres El Burgo de Osma, un pueblo… ¡Con catedral!
Cuando aún no has llegado a El Burgo de Osma ya la ves en la lejanía: con ese porte gallardo y centenario, nuestra catedral es de esas cosas que convierten a El Burgo de Osma en un lugar único. Aunque a nosotros nos gusta llamarnos Ciudad de Osma, reconocemos que no somos tan grandes pero tenemos una catedral que nos pone en el mapa. Y si, además, quieres saber por qué tenemos catedral, tan sólo tienes que hacerte la visita guiada que hemos creado. Para que conozcas con detalle el lugar que más queremos.
- 5. Vives una fiesta única en un pueblo… ¿Pequeño?
Lo mismo crees que como El Burgo de Osma no es Pamplona no podemos proponerte una fiesta única. Ya te vamos diciendo que no. Es más, te diríamos que buscaras en YouTube y seguro terminarías encontrando vídeos de las postrimerías de la fiesta nocturna que demuestran que ser un pueblo es toda una ventaja: tenemos la fiesta justo al lado del comedor: desde el Palacio del Virrey (que te sorprenderá) a los bares de la Calle Mayor que te atenderán como mereces. Como si te conocieran de toda la vida.
- 6. Te haces fotos subido en un cerdo (de piedra)
Esto es plus. Por que, de acuerdo, te comes 22 platos del mejor cerdo y puedes repetir hasta la saciedad pero un cerdo de piedra siempre anima. Al menos en las Jornadas. Por eso, en algunos puntos de El Burgo encontrarás unos pequeños cerdos de piedra (en la puerta del Palacio del Virrey hay uno) que son ideales para subirte a lomos de las Jornadas de la Matanza y dejar constancia de un viaje único. Palabra de matancero.