En esta serie de post sugerimos lugares que se encuentran cercanos a El Burgo de Osma para que además de disfrutar de nuestra fiesta y gastronomía conozcas junto con tu familia o amigos los mejores rincones de nuestra comarca.
En el anterior post de esta serie visitamos el Cañon del Río Lobos y en este post vamos a visitar otro triángulo mágico de nuestra provincia: Calatañazor, el Sabinar y la Fuentona.
Calatañazor se encuentra a tan solo 28 km de El Burgo, saliendo por la carretera N-122 (Valladolid-Zaragoza) en sentido Soria. Hay que tomar un desvío en el km 188 .
Es una pequeña aldea medieval que cuenta con varias iglesias románicas, un imponente castillo y está rodeada completamente por una muralla. Por sus casas y calles empedradas parece que no ha pasado el tiempo desde la Edad Media.
Dice la leyenda que en verano del año 1002 el general de los ejércitos musulmanes Almanzor se enfrentó en la Batalla de Calatañazor con el Conde de Castilla Sancho García, y fue aquí donde sufrió su derrota, o como dice la tradición, “perdió el tambor”.
La villa está rodeada por un gran bosque de sabinas albares que forman la reserva natural del Sabinar de Calatañazor. Las sabinas destacan por su enorme tamaño, hasta los 20 metros de altura y diámetros de los troncos de más de 8 metros. Muchas de ellas están declaradas como árboles singulares.
Justo pegando al sabinar se encuentra el impresionante monumento natural de La Fuentona. Es un acuífero donde brota el río Abión, que desemboca en el río Ucero en El Burgo de Osma. El ojo de la Fuentona, con sus aguas turquesas y cristalinas es la entrada a una gruta submarina que ha sido explorada varias veces por especialistas, y ha formado parte de algún programa de “Al filo de lo imposible” de televisión española.
En la Fuentona también se puede visitar una cascada de unos diez metros de altura que solo lleva agua cuando el año es muy lluvioso, algo que esta temporada está ocurriendo. Además tiene una interesantísima Casa del Parque, donde se explica la historia del monumento natural. Existen unos senderos de medio recorrido en el Sabinar y la Fuentona para los amantes de los paseos por el campo y que bien pueden servir para bajar un menú de 22 platos de matanza degustado durante el fin de semana.