Nuestras Jornadas de la Matanza son un Bien de Interés Cultural, pero no son la única razón para venir a El Burgo de Osma. Te proponemos siete motivos para aprovechar al máximo tu visita a nuestra villa
No queremos ser ególatras ni el permanente centro de atención. Reconocemos que las Jornadas de la Matanza del Virrey Palafox son un motivo de peso para visitar El Burgo de Osma. Pero no podemos olvidar que la ciudad que nos acoge es un auténtico diamante en bruto. Uno de los mejores lugares de España para hacer turismo de interior. Todos los piropos que le regalemos se quedarán cortos. Por eso, al César lo que es del César. Y si vivir la matanza tradicional y probar las viandas del cerdo es un placer de altura, también lo es perderse por las calles de una localidad repleta de historia y que fue habitada desde los tiempos de los celtíberos. Por todo ello vamos a ceder el protagonismo al decorado que contemplarán todos aquellos que se dejen caer por tierra sorianas. Estas son siete de las muchas razones para visitar El Burgo de Osma y quedarte con ganas de volver.
1. Ofrece un viaje en el tiempo al Medievo
Caminar por las calles del centro de El Burgo de Osma es meterse en una máquina del tiempo y trasladarse al Medievo. El recinto amurallado del siglo XV está perfectamente conservado. Por algo la localidad fue declarada Conjunto Histórico Artístico. Y no se puede negar que cualquier ciudad con muralla —sino que se lo digan a Ávila— tiene un encanto singular. La de El Burgo de Osma es un placer flanquearla por la puerta de San Miguel.
2. La mezcla de estilos de la Catedral no deja indiferente
La visita con mayúsculas en El Burgo de Osma es sin duda alguna la de su Catedral de la Asunción. Se construyó sobre un templo románico y ofrece una mezcla de estilos gótico, barroco y neoclásico. A pesar de ese cóctel, el resultado es muy bello. En su interior nadie se puede perder el magnífico sepulcro de San Pedro de Osma.
3. Un yacimiento arqueológico donde está el origen de todo
El Burgo de Osma tiene su origen en la ciudad, primero celtíbera y después romana, de Uxama. Sus ruinas se pueden visitar actualmente gracias a un atractivo recorrido y a un aula arqueológica que ayuda a entender el paso de la historia por estas tierras. En este yacimiento se ha descubierto, entre otras maravillas, la conocida como Casa de los Pintos, una vivienda romana que contaba con más de 20 habitaciones. Lo que hoy llamaríamos una mansión a todo lujo.
4. Una Universidad donde no hace falta estudiar
El Burgo de Osma tiene su propia Universidad, la de Santa Catalina. Aunque actualmente no se imparten enseñanzas, se trata de uno de los edificios más singulares de la ciudad. Especialmente por su portada renacentista con la imagen de la santa que le da el nombre.
5. Para dominar la ciudad desde el Castillo
En uno de los cerros que rodean la ciudad se elevan los restos del Castillo de Osma. Se levantó en el Medievo para tener una visión completa de los cuatro puntos cardinales. Llegar hasta él obliga a dar un agradable paseo, ideal para abrir apetito antes de meterse de lleno con los platos que tiene preparados el hotel Virrey Palafox en sus jornadas matanceras.
6. Conocer la auténtica relajación en una terraza de la Plaza Mayor
Después del buen yantar y el buen paseo, nada como relajarse en la terraza de una de las plazas con más encanto que se pueden ver. El Burgo de Osma presume de un ágora muy apacible donde destacan los edificios del Ayuntamiento y del hospital de San Agustín. Por si fuera poco, los soportales le dan un aire más elegante.
7. Porque el Cañón del Río Lobos no se puede tomar de un solo trago
Si no había razones suficientes para visitar El Burgo de Osma y además regresar, ponemos el colofón con el aliciente natural más importante de la zona. El Cañón del Río Lobos es en sí una razón para escaparse a este rincón de Castilla. Un parque natural donde el río Lobos ha erosionado la roca hasta tal punto que ha originado un cañón de vértigo. Un lugar para disfrutar de la naturaleza y del senderismo.